Por: Jose

En telefonía móvil se digitaliza la voz para poder transmitirla desde un teléfono móvil a estaciones base de estas a centrales en barrios y pueblos para posteriormente llegar la señal a grandes ordenadores llamados MSC los cuales imitan al cerebro humano, en cierta forma, para posteriormente devolver la señal hasta el destinatario de la llamada, por el proceso inverso antes enunciado. No creo que las gafas que esta desarrollando la empresa Google acaben “digitalizando la realidad” de igual forma que sucede con la voz y los móviles, en cualquiera de los casos existe una emisora de radio, la cual se llama “mundo real” no se encuentra ni en el “centro” de Europa ni en su “periferia”, se ubica en America Latina. Mundo real frente a mundos virtuales, frente a quienes están convirtiendo o quizás viviendo, quien sabe, la realidad en una especie de simulación de juego de su consola favorita.
Rapa Nui para desgracia de la especie humana no es una “película” o mejor dicho no es solamente una película. Sin embargo quizás para esos directores de periódico que son capaces de ser “tan inútiles” que manipulan, permiten o consienten que la fotografía de una manifestación sea “retocada” con photoshop en la portada de su periódico de forma tan burda que acaba demostrando hasta que punto es creíble, la persona y la publicación al servicio de la derecha. Para estos personajillos de las tertulias televisivas, Rapa Nui es, ante todo, una película, para esta prensa el Titanic, no seria, poco mas que la banda sonora de aquella película que obtuvo un Oscar, lejos les queda la realidad. Aquella realidad del transatlántico británico más grande y lujoso jamás construido en el momento de su botadura o la conmoción que supuso en aquella época para el mundo entero, sobre todo para Nueva York e Inglaterra su hundimiento, son cuestiones baladíes, pues esta prensa vive en una película, y hace de la realidad su película.
Poco aprendieron, por no decir nada, de maestros como José Luis Balbin y el aquel programa mítico de la televisión llamado “La Clave”, cuando las películas servían de herramienta para debates, serios, profundos e incluso pedagógicos, cuando un director se plantaba ante la cadena de television si se pretendía pasar a “diferido” el programa que se emitía en directo, en defensa de la libertad de expresión y contra la censura. Hoy “la sociedad del espectáculo” convierte a las personas y las realidades de las mismas en eso en mero en espectáculo.
No podemos caer en su trampa, debemos disociar mundo real y el espectáculo en el que pretenden convertirlo, no podemos de forma metafórica, intentar utilizar unas gafas que virtualizen la realidad para transformarla como si viviéramos o se tratase de un juego de consola. Eso es lo que quizás pretenden algunos, convertir las luchas en mero espectáculo. Ciertamente vivimos en el siglo XXI, pero la vida no es una película, aunque hay películas que nos sirven para aprender y transformar nuestras vidas.